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UNA REFLEXIÓN SOBRE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Por: edgar zúñiga-salazar*, Equipo Centro de Psicología Aplicada - UDLA

* El nombre en minúsculas se adhiere a la propuesta de bell hocks y valeria flores, queer-feministas, que proponen cuestionar las jerarquías desde el uso del lenguaje y dar protagonismo a reflexiones comunitarias en lugar del individuo.
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El mes de marzo se va posicionando como un mes de reivindicación de los derechos sociales, económicos y políticos de las mujeres y niñas que continúan en la lucha por un mundo libre de violencia y discriminación, desde la equidad. 

Desde todos los sectores la reflexión se posiciona y es innegable que, en el siglo XXI, la perspectiva de género enriquece la cotidianidad repensando la manera en que interactuamos como seres humanos. El ejercicio profesional, en sus distintas disciplinas, no puede quedar excluido de esta gran cruzada.  

Las diferencias de género han marcado la manera de relacionarnos como seres humanos, ocasionando una tácita confrontación de sexos, pues más allá de las diferencias que todos los individuos poseen, la jerarquización de esas diferencias ha habilitado relaciones desiguales que pueden llegar a ser opresivas.  

El adoctrinamiento sutil que vivimos desde la venida de un ser humano a este mundo, con la asunción de colores celeste para los varones y rosado para las mujeres, representa un ejemplo de lo sistemática que es esta imposición, y aunque parece inofensivo el marcar estas pequeñas diferencias, pronto se traducen en acceso inequitativo a oportunidades por estereotipos, exigiendo, por ejemplo, que lo masculino sea fuerte y lo femenino sea “delicado”; es decir, débil, impidiendo el acceso equitativo a oportunidades de desarrollo en el deporte a niños y niñas; celebrando la práctica de deportes de contacto en niños, mientras que las niñas son cuestionadas como poco femeninas si expresan gusto por el fútbol. Aparecen así las relaciones opresivas que limitan a la mujer a lo doméstico, priorizando el rol de cuidado, volviendo cuesta arriba el desempeño académico, que luego se traducirá en menores oportunidades de crecimiento en lo laboral; de ahí el famoso “techo de cristal”. 

Así mismo se limita el uso del espacio público, pocas niñas tienen la oportunidad de jugar y habitar libremente los espacios como sus pares varones. Lo que más adelante se refleja en el acoso callejero, generando inseguridad y riesgos mayores para niñas y mujeres. Realidades como estas vuelven vulnerable a la mujer con indicadores desgarradores como el femicidio y feminicidio, con datos espeluznantes en Ecuador y el mundo:  

  • Según la Organización Mundial de la Salud 1 de cada 3 mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida.  
  • En todo el mundo el 27% de las mujeres de 14 a 50 años informan haber sufrido algún tipo de violencia física o sexual por parte de su pareja (ONU mujeres, 2023). 
  • Los asesinatos de mujeres en un 38% a nivel mundial son cometidos por su pareja (ONU mujeres, 2023). 
  • En nuestro país, según el último reporte de la Fundación Aldea, hasta septiembre del 2023 cada 27 horas hay una muerte violenta de mujer por razones de género (Fundación Aldea, 2023). 

Confiamos en que somos una comunidad sensible a estas estadísticas, pues detrás de cada número hay historias que pueden estar más cerca de lo que nos imaginamos. Esperamos que estas cifras nos impacten, nos duelan y nos lleven a movilizarnos a todas, todos, todes y así aportar desde el lugar que estamos para efectivizar el derecho a una vida libre de violencias. 

En el Centro de Psicología Aplicada (CPA) hemos aceptado el reto de transversalizar la perspectiva de género en la prestación de nuestros servicios profesionales. En 2023, el CPA ha cumplido 10 años de servicio a la comunidad universitaria y extrauniversitaria, asegurando una visión integral en las áreas de psicología en las que brindamos servicios:  

  • Clínica 
  • Educativa 
  • Organizacional 

De la mano de profesionales expertos, respaldados por investigación y con costos accesibles, somos la respuesta ideal para las personas que confían en nuestro equipo, y esta confianza nos compromete a seguir mejorando de forma constante.  

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En el 2023 hemos recibido capacitaciones sobre atención psicológica con perspectiva de género y diversidades sexo-genéricas e intentamos contar con herramientas de análisis para este contexto en el que se desarrollan nuestras atenciones, lo que nos permite ejecutar servicios de calidad acorde a las prácticas psicológicas actuales cuestionando los sistemas disciplinantes, reconociendo al individuo desde su unicidad y favoreciendo la apropiación de herramientas personales y colectivas que hacen dueña de su propia historia a la persona, aportando de forma efectiva a la construcción de un abordaje integral en la salud, al favorecer dinámicas emancipadoras. 

A continuación, simulando un coro polifónico, compartimos las voces de algunas de las personas quienes, a través de su trabajo diario y comprometido, nos permiten ofertar estos servicios género-sensibles:  

  • “La transversalización de la perspectiva de género en los servicios del CPA nos permite visibilizar, comprender e incluso cuestionarnos estas experiencias de desigualdad que influyen en el deterioro de la salud mental pero que se encuentran normalizados; y seguir promoviendo y mejorando servicios, nos importa que quienes acudan se sientan en un lugar seguro, de respeto, en un lugar en que puedan ser quienes son sin sentirse juzgadas”. Grace Valdivieso, supervisora del área clínica. 
  • “Creo que hay que entender que el género, de alguna forma, define nuestras necesidades, deseos y la socialización que tenemos con el mundo. Por lo tanto, considerarlo cuando se realiza evaluación, intervención o investigación, nos da la oportunidad de entender de una manera más amplia al individuo y por ende ofrecerle intervenciones que se ajustan a sus necesidades. En el CPA incluimos el enfoque de género a partir de la supervisión y la constante formación de los miembros del equipo en cuanto al tema. Eso promueve la sensibilidad en todos los espacios y una mayor atención a los detalles”. Clara Paz, líder del equipo de investigación CPA.  
  • “En el CPA buscamos promover la equidad y la justicia al garantizar que los servicios psicológicos sean accesibles para todas las personas, independientemente de su género, evitando así la perpetuación de estereotipos y discriminación. También el CPA desempeña un papel fundamental en la prevención y abordaje de la violencia de género, así como en la construcción de roles de género más positivos y flexibles en la sociedad”. Noelia Reinoso, responsable de gestión CPA.  
  • “Es super importante incluir la perspectiva de género para actualizar la mirada de la psicología y cómo desde esta nueva sensibilidad se puede realizar incluso cuestionamientos al ejercicio profesional que perpetúan comportamientos machistas o estereotipados en línea a una cultura patriarcal. Podemos, además, hacer un análisis transgeneracional de los significados de lo masculino y lo femenino trasmitidos de generación en generación que construyen y justifican dinámicas de violencia, para desmontarlos”. Nicolás Molestina, terapeuta familiar CPA.  
  • “Es crucial incorporar la perspectiva de género en los servicios del CPA porque así se puede conseguir equidad y justicia, tratando a todas las personas de manera integral. Además, la atención podría mejorar significativamente al reconocer las diferencias en cuanto a cómo cada persona experimenta y expresa su mundo interno. Del mismo modo, previene estereotipos y discriminación, permitiendo una mejor efectividad en el tratamiento para tomar decisiones informadas sobre sus vidas y construir entornos terapéuticos más inclusivos, justos y efectivos”, Kristel Correa, practicante de Pregrado.  
  • “Considero que el CPA al ser un espacio que brinda un servicio a la comunidad tanto de estudiantes, como también de personas externas ha sido un espacio también de aprendizaje y visibilización en cuanto a perspectivas de género, gracias a la capacitación continua que ofrecen al personal del área terapéutica en cuanto a modelos terapéuticos enfocados en perspectiva de género, en favor de ofrecer servicios y calidad, pero sobre todo justos para lxs consultantes, donde sean respetados sus derechos” Andrés Benalcázar, practicante de Posgrado.  

Este artículo representa una oportunidad de expresar de forma pública nuestro compromiso en la tarea de desnaturalizar/deconstruir las dinámicas inequitativas que se reproducen incluso en lo cotidiano, desmontando particularmente las interacciones relacionadas a vulneración de derechos, asumiendo la responsabilidad que tenemos como profesionales de salud, tanto con la comunidad, como en la relación con colegas de profesión y académicos. Cuenten con el CPA UDLA como ese aliado comprometido con el bienestar humano.  

Para conocer más sobre nuestra propuesta y servicios, visita el link: https://sitios.udla.edu.ec/sitios/centro-de-psicologia-aplicada/ 

 

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Las opiniones y comentarios vertidos en este espacio corresponden a sus autores y a los entrevistados. La Universidad de Las Américas no se responsabiliza por los mismos.