PALABRAS DE EXPERT@

DISEÑAR

es traer el futuro al presente

Cómo evoluciona el diseño de productos en el mercado global

Por: Juan Francisco Fruci
Director Académico de Diseño de Productos, Facultad de Arquitectura y Diseño

Diseñar viene del latín de + signare y significa hacer algo distinguiéndolo por un signo, en función a su relación con otras cosas, usuarios, lugares, entre otros. Podríamos decir, según el significado etimológico, que diseñar es dar sentido (a las cosas).
Soy Juan Francisco Fruci diseñador, docente UDLA y ahora director de la carrera de Diseño de Producto. Desde la gestión de mi colega y predecesor, Oscar Cuervo, comenzamos una transformación hacia el futuro. El diseño de cultura material es demasiado importante como para no hablar de él y conocer su relevancia en el mundo contemporáneo.

Omnipresente

pero difícil de explicar

Que los objetos que nos circundan estén diseñados podría darse por obvio, sin embargo, no es tan simple. ¿Quién ha dado forma a las gafas de sol que llevas a la playa?, ¿quién decidió esa combinación de materiales en el mueble que tanto quisieras comprar?, ¿quién pensó que era necesario un objeto para guardar y cargar tus auriculares (ahora tan de moda) “wireless”? y ¿quién está resolviendo problemas de contaminación produciendo objetos hermosos y accesibles con biomateriales?
La respuesta es aparentemente sencilla: un diseñador de productos. Pero ojo, no lo hizo solo. Lo hizo con un equipo multidisciplinario. Desde los más técnicos (ingenieros) a los más relacionados al mercado (marketeros). El diseño tiene la capacidad de conectar porque es interdisciplinario. Una sublime intersección entre arte y ciencia, creatividad y tecnología, humanismo y técnica. Una disciplina que conecta otras disciplinas. Una profesión capaz de materializar las ideas. Diseño es todo producto o servicio que se puede pensar (dar forma), fabricar y vender.
Entonces, el diseño es omnipresente, está detrás de todo lo que el ser humano ha construido y, sin embargo, por su interdisciplinariedad, es difícil comprenderlo con claridad.

Un principio fundamental del diseño es la centralidad del ser humano. El diseño es esencialmente humanista; este enfoque ofrece una ventaja competitiva e inevitable para las empresas que lo adoptan; implica la participación de todos los actores, incluyendo a los trabajadores, para promover un entorno de trabajo significativo y que valore los aspectos humanos por encima de los técnicos. El objetivo es crear productos, servicios y soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas, haciendo del diseño una necesidad imperativa más que una elección opcional. El buen diseño no solo vende más, sino que vende mejor, porque se basa en una comprensión profunda de las personas, sus necesidades y los contextos culturales emergentes en los que habitan. Según Brigitte Borja de Mozota (2010), incluir a diseñadores en los equipos de trabajo puede acelerar significativamente los procesos de decisión y desarrollo, ya que se transforman las dinámicas laborales tradicionales. Brigitte enfatiza que la incorporación de la cultura del testeo y el prototipado en las empresas permite innovar más rápidamente, afinando las soluciones a través de iteraciones constantes.
La centralidad del ser humano en el diseño

DISTINTOS

enfoques y posibilidades

Gestión del diseño

La creciente complejidad del mundo empresarial ha llevado a una intersección entre diseño y gestión. Tradicionalmente, los métodos racionales y analíticos dominaban la comprensión del mundo empresarial. Sin embargo, hoy en día, los managers buscan incorporar intuición y creatividad en sus habilidades, pues observan al diseño como una fuente valiosa de inspiración. El design thinking ha ganado prominencia debido a esta necesidad de abordar problemas de manera más holística e innovadora.

En las últimas dos décadas, el papel del diseñador ha experimentado una evolución notable. De ser figuras predominantemente técnicas, los diseñadores, a nivel global asumen cada vez más roles gerenciales dentro de las empresas. Este cambio se ve en grandes corporaciones y se espera que este fenómeno se extienda por todo el tejido empresarial. Ahora es común ver a diseñadores participando activamente en los departamentos de marketing, integrando productos, servicios, comunicación y distribución.

Fabricación digital

El pensamiento de diseño centrado en posibilidades futuras y oportunidades contrasta con el pensamiento empresarial tradicional que se enfoca en la optimización de activos actuales. Esta diferenciación es clave para entender el impacto transformador del diseño en la innovación empresarial. La tecnología de fabricación digital es una forma prometedora de anclar el pensamiento de diseño a las necesidades de hoy; acorta el tiempo de creación y democratiza la producción y distribución de nuevos productos que aportan al bienestar de las personas, mejorando la calidad y los estilos de vida.

En italiano diseñar se dice “progettare”. El concepto de “proyectar” en diseño implica lanzar ideas hacia el futuro y anclarlas en el presente, con la finalidad de cerrar el ciclo creativo. Esta capacidad de los diseñadores para visualizar futuros posibles y encontrar medios para realizarlos es una habilidad esencial que trasciende la mera creación de formas. Los diseñadores son capaces de interpretar tendencias y comportamientos humanos de manera única, detectando variables ocultas no formalizadas. El diseñador de la UDLA puede crear estos futuros y traerlos al presente mediante la fabricación digital.

SE NECESITAN DISEÑADORES PARA CAMBIAR EL MUNDO

El diseño de productos no solo transforma objetos, sino también la forma en que las empresas abordan el mercado y la innovación. Al centrarse en el ser humano y promover una colaboración interdisciplinaria, el diseño industrial se posiciona como un motor clave para el éxito empresarial. La creatividad y la capacidad de proyectar futuros son atributos esenciales que los diseñadores aportan, ayudando a las empresas a navegar en un mundo cada vez más complejo y dinámico.

Las opiniones y comentarios vertidos en este espacio corresponden a sus autores y a los entrevistados. La Universidad de Las Américas no se responsabiliza por los mismos.